Kombuchacha siempre ha sido un emprendimiento lleno de audacia que ha buscado democratizar el acceso a la kombucha. Es entonces que, para llevar nuestra kombucha viva y certificada orgánica a un menor tamaño y más bajo precio, desarrollamos el formato en lata. Además, buscando ser un aporte estético, trabajamos el diseño durante casi un año en conjunto con nuestra artista Elisita Balbontín, más conocida como Elisita Punto.
En el proceso de desarrollo tuvimos en cuenta aspectos propios de la estética de la marca como la vibración, juegos ópticos, colores, formas geométricas y lenguaje, los cuales Elisita supo representar con belleza, haciendo honor a su trayectoria.
Los diseños debían conversar con los colores bases más el pulso manual de rescatar lo orgánico, dando vida a cada uno de los ya conocidos sabores. Por esta razón, se trabajó durante más de un año y los trazos son únicos en cada lata, logrando una pieza de arte en cinco partes.
Pasamos por largos procesos manuales, como recortes de masking tape con tip top, digitalizar cada imagen y pasar por horas de evaluación y corrección. Punto finalmente, aportando su sello único, mantuvo a la perfección la coherencia visual de la marca.
El gran manejo y trayectoria de la artista, quedó totalmente demostrado con el resultado de Kombuchacha en lata, expresando que “todo lo que ven, es lo que me produce Kombuchacha”.